Pof fin me he atrevido con el famosísimo croissant francés y, francamente, me han quedado muy buenos 🙂
He de reconocer que ha sido al segundo intento, todo requiere su práctica, pero una vez cogido el truquillo he de decir que, ni en aspecto ni en sabor tienen nada que envidiar a los de la pâtisserie de la esquina.

Para hacerlos he estrenado este libro que me regaló David en vacaciones…
…pero he modificado un poquito la receta, concretamente la cantidad de mantequilla. Un croissant hecho con la cantidad indicada en el libro vuelve transparente una bolsa de papel en unos 30 segundos :), vamos, que practicamente «chorrea» mantequilla. Con un 20% menos siguen estando muy ricos y el riesgo de entupimiento de arterias se reduce considerablemente 😉
Masa de croissant.
Ingredientes (para unos 30 croissants medianos):
500g de harina (normal, tipo T45)
30 g de azúcar
10 g de levadura fresca. Yo he utilizado la levadura de panadero que venden en el supermercado, viene granulada y ya te indica en el sobre la cantidad necesaria en función de los g de harina
150 ml de leche templada
180 ml de agua templada
350 g de mantequilla. En la receta original ponía 450g.
2 cucharillas de sal


Método:
1. Diluir la levadura y dejar reposar tal y como esté indicado en el sobre (en la mía ponía 15 min). Si usáis levadura fresca este paso no es necesario.
2. Mezclar la levadura, la leche, el agua y el azúcar. Añadir a continuación la mitad de la harina.
3.Añadir el resto de la harina mezclada con la sal y amasar, hacer una bola, meter en un bol, cubrir con un film y dejar reposar en la nevera toda la noche.
4. Sacar la masa de la nevera y dejar atemperar 1 hora.
5. Poner la mantequilla entre dos hojas de papel de horno y aplastar con un rodillo hasta tener un cuadrado de unos 20 cm de lado.

6. Estirar la masa en un rectángulo de unos 20×40 cm. Colocar la mantequilla sobre una mitad, doblar la otra mitad sobre ella y presionar sobre los bordes para que quede bien cerrado (vamos, lo que viene siendo una «empanadilla de mantequilla» 🙂 )
7. Girar un cuarto de vuelta y volver a estirar con el rodillo hasta tener un rectágulo de unos 20×40 cm
8. Doblar la masa en dos, girar un cuarto de vuelta y volver a estirar como en 7
9. Doblar de nuevo, girar y dejar reposar 20 minutos. Tras el reposo, volver a estirar como en 7, doblar y girar.
Lo sé, lo sé,… ya habéis perdido la cuenta de los «doblar y girar», os lo resumo, son tres en total.
10. Envolver en film alimentario y dejar reposar en la nevera durante 1 hora antes de utilizarla.
No es necesario usar toda la masa. Si es para otro día, os recomiendo dividirla en 2 o tres partes y congelarla, cuando la necesitéis sacáis la cantidad que queráis y la dejáis descongelar en la nevera.
¿Complicado?, bueno, da un poco de trabajo pero os garantizo que el resultado está muy, muy bueno. Mirad la pinta que tienen una vez acabados… ¿seguro que no os apetece seguir? :)…

Croissants.
Sacar la masa de la nevera unos 10 min antes de usarla
1. Estirar con un rodillo hasta tener una masa de uno 4 mm de espesor.
2. Cortar en bandas de unos 20 cm de ancho. Eso ya depende del tamaño de croissants que queráis, en cualquier caso tened en cuenta que crecen un poco.

3. Recortar cada banda en triángulos.
4. Hacer un pequeño corte en la base del triángulo y envolver comenzando por la base.
5. Plegar los extremos (los cuernos) hacia el interior.

6. Colocar los croissants sobre una placa con papel de hornear.
7. Dorar con huevo batido, cubrir con film y dejar reposar entre 1 hora y media y 2 horas en una zona templada y al abrigo de corrientes de aire. En lugar de huevo batido podéis usar alguna mermelada, yo lo hice con una de albaricoque y el efecto es el mismo pero además le da un toque dulce a la cubierta muy rico 🙂
8. Precalentar el horno a 220º C, volver a dorar con el huevo (o la mermelada) y hornear durante unos 12-15 minutos.
Y listo!… Sé que es laboriosa y requiere tiempo, sobre todo la preparación de la masa, pero intentad hacerla al menos una vez y probad el resultado, seguro que repetís 😉