Crumble de frutos rojos, o de manzana,… o de la fruta que quieras :)

Delicioso, superfácil y rapidísimo… lo sé, siempre digo lo mismo, pero esta vez os voy a dar datos concretos: he tardado exactamente 20 minutos en hacerlos :)…

En lugar de frutos rojos se pueden usar manzanas, melocotones,… Personalmente creo que lo mejor es introducir una fruta que tenga un punto ácido, por el contraste que crea con el dulce del crumble.

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Ingredientes (para dos minitarteras de unos 10cm de diámetro):

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170 g de frutos rojos: grosellas, arándanos, moras, frambuesas,… Dado que a estas alturas del año encontrar todo esto me iba a salir por un ojo de la cara, decidí utilizar una mezcla de frutos rojos congelados… buenísimos, el sabor es casi tan intenso como el de los frutos al natural, y una vez cocinados no vais a notar la diferencia, prometido 🙂

50 g de mantequilla

50 g de azúcar

Para el crumble.

70 g de harina

70 g de azúcar moreno

70 g de mantequilla

1 cucharadita de canela

1 pizca de sal

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Método:

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1. Precalentar el horno a 180 ºC

2. Poner en una sartén la mantequilla y el azúcar y añadir los frutos rojos, cocinarlos a fuego medio durante unos 5 minutos.

3. En un bol añadir todos los ingredientes del crumble y amasar con los dedos hasta obtener una textura arenosa/grumosa

4. Cubrir el fondo de las minitarteras con los frutos rojos.

5. Añadir el crumble por encima de los frutos.

6. Hornear durante unos 10-15 minutos. Colocar en la parte superior del horno para que el crumble se dore.

Croissants franceses…

Pof fin me he atrevido con el famosísimo croissant francés y, francamente, me han quedado muy buenos 🙂

He de reconocer que ha sido al segundo intento, todo requiere su práctica, pero una vez cogido el truquillo he de decir que, ni en aspecto ni en sabor tienen nada que envidiar a los de la pâtisserie de la esquina.

croissant

Para hacerlos he estrenado este libro que me regaló David en vacaciones…sin-título-3828-Editar

…pero he modificado un poquito la receta, concretamente la cantidad de mantequilla. Un croissant hecho con la cantidad indicada en el libro vuelve transparente una bolsa de papel en unos 30 segundos :), vamos, que practicamente «chorrea» mantequilla. Con un 20% menos siguen estando muy ricos y el riesgo de entupimiento de arterias se reduce considerablemente 😉

Masa de croissant.

Ingredientes (para unos 30 croissants medianos):

500g de harina (normal, tipo T45)

30 g de azúcar

10 g de levadura fresca. Yo he utilizado la levadura de panadero que venden en el supermercado, viene granulada y ya te indica en el sobre la cantidad necesaria en función de los g de harina

150 ml de leche templada

180 ml de agua templada

350 g de mantequilla. En la receta original ponía 450g.

2 cucharillas de sal

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Método:

1. Diluir la levadura y dejar reposar tal y como esté indicado en el sobre (en la mía ponía 15 min). Si usáis levadura fresca este paso no es necesario.

2. Mezclar la levadura, la leche, el agua y el azúcar. Añadir a continuación la mitad de la harina.

3.Añadir el resto de la harina mezclada con la sal y amasar, hacer una bola, meter en un bol, cubrir con un film y dejar reposar en la nevera toda la noche.

4. Sacar la masa de la nevera y dejar atemperar 1 hora.

5. Poner la mantequilla entre dos hojas de papel de horno y aplastar con un rodillo hasta tener un cuadrado de unos 20 cm de lado.

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6. Estirar la masa en un rectángulo de unos 20×40 cm. Colocar la mantequilla sobre una mitad, doblar la otra mitad sobre ella y presionar sobre los bordes para que quede bien cerrado (vamos, lo que viene siendo una «empanadilla de mantequilla» 🙂 )

7. Girar un cuarto de vuelta y volver a estirar con el rodillo hasta tener un rectágulo de unos 20×40 cm

8. Doblar la masa en dos, girar un cuarto de vuelta y volver a estirar como en 7

9. Doblar de nuevo, girar y dejar reposar 20 minutos. Tras el reposo, volver a estirar como en 7, doblar y girar.

Lo sé, lo sé,… ya habéis perdido la cuenta de los «doblar y girar», os lo resumo, son tres en total.

10. Envolver en film alimentario y dejar reposar en la nevera durante 1 hora antes de utilizarla.

No es necesario usar toda la masa. Si es para otro día, os recomiendo dividirla en 2 o tres partes y congelarla, cuando la necesitéis sacáis la cantidad que queráis y la dejáis descongelar en la nevera.

¿Complicado?, bueno, da un poco de trabajo pero os garantizo que el resultado está muy, muy bueno. Mirad la pinta que tienen una vez acabados… ¿seguro que no os apetece seguir? :)…

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Croissants.

Sacar la masa de la nevera unos 10 min antes de usarla

1. Estirar con un rodillo hasta tener una masa de uno 4 mm de espesor.

2. Cortar en bandas de unos 20 cm de ancho. Eso ya depende del tamaño de croissants que queráis, en cualquier caso tened en cuenta que crecen un poco.

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3. Recortar cada banda en triángulos.

4. Hacer un pequeño corte en la base del triángulo y envolver comenzando por la base.

5. Plegar los extremos (los cuernos) hacia el interior.

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6. Colocar los croissants sobre una placa con papel de hornear.

7. Dorar con huevo batido, cubrir con film y dejar reposar entre 1 hora y media y 2 horas en una zona templada y al abrigo de corrientes de aire. En lugar de huevo batido podéis usar alguna mermelada, yo lo hice con una de albaricoque y el efecto es el mismo pero además le da un toque dulce a la cubierta muy rico 🙂

8. Precalentar el horno a 220º C, volver a dorar con el huevo (o la mermelada) y hornear durante unos 12-15 minutos.

Y listo!… Sé que es laboriosa y requiere tiempo, sobre todo la preparación de la masa, pero intentad hacerla al menos una vez y probad el resultado, seguro que repetís 😉

Baci di dama

Hoy os traigo unas galletitas super sencillas y ricas, ricas, ricas…   (vaya, ya parezco el Arguiñano 🙂 )

Se trata de las Baci di Dama, un dulce italiano originario de la región del Piamonte. He de reconocer que hasta la semana pasada ni siquiera conocía su existencia y fue navegando por mis blogs favoritos de repostería cuando me topé con esta pequeña maravilla que con mucho gusto os presento…

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Ingredientes (para unas 12 Baci di dama):

140 g de harina

140 g de avellanas o almendras

100 g de azúcar

100 g de mantequilla (a temperatura ambiente)

Una pizca de sal

50 – 70 g de chocolate negro

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Método:

1. Precalentar el horno a 160 ºC

2. Moler las avellanas hasta que tengan una consistencia similar a la polenta.

3. Mezclar en un bol la harina, las avellanas molidas, el azúcar, la sal y la mantequillasin-título-3652-Editar

4. Amasarlo todo con las manos hasta obtener una masa consistente (esta es la parte más divertida 🙂 ). En un principio la masa se hace migas, parece que no va a unirse, pero perseverad, después de amasarla un tiempo tendréis una bola de masa.

5. Dividir la masa en 3 o 4 partes y hacer un cilindro con cada una, de unos 2cm de diámetro. Meterlos en la nevera durante una hora.

6. Sacar la masa de la nevera y cortar los cilindros en trozos de unos 1,5- 2cm de largo, hacer una bolita con cada trozo y colocarlo en la fuente del horno (poner antes papel de hornear para que no se peguen)

7. Hornearlos durante 10-12 min a 160º

IMPORTANTE: Recien salidas del horno son unas galletas muy delicadas, no intentéis cogerlas o tocarlas para comprobar la consistencia porque se deshacen, hay que dejarlas enfriar.

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Listas las galletas!! Ahora sólo queda el relleno… Las galletitas por si solas están tan buenas que muchas de ellas desaparecieron antes de que les pudiera poner el chocolate 🙂

8. Dejar enfriar las galletas. Derretir el chocolate y poner unas gotas sobre una de ellas, cubrir con otra y colocar sobre una rejilla para que enfríe y solidifique.

Parece sencillo, pero esta parte es la que más tiempo me llevó. No se puede echar el chocolate caliente porque está demasiado líquido y «desborda» la galleta, hay que dejar que enfríe lo suficiente para que se mantenga sobre ella, el problema es que, llegado ese momento te da tiempo a rellenar 4 o 5 galletas antes de que esté demasiado sólido como para trabajar con él… con lo que hay que volver a derretirlo 🙂

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El resultado merece la pena, creedme, han sido todo un éxito!

Galletas de chocolate y café

¿Tus solitarios vasos de leche sueñan con platos repletos de galletas de chocolate? 🙂

Pues eso, que ayer me dio «mono» de galletas y decidí retomar una antigua receta y remodelarla un poco para añadirle un toque diferente,… y salió bien! No os creáis, este tipo de experimentos no siempre funcionan, a veces parece perfecto en tu cabeza pero a la hora de ponerlo en práctica acabas teniendo algo muy diferente 🙂

Ingredientes:

325g de chocolate negro (mínimo 70%)

150g de harina

30g de cacao (cacao para repostería)

1 cucharilla de bicarbonato sódico

1 cucharilla de café expreso

1/2 cucharilla de sal

1 cucharilla de extracto de vainilla

125g de mantequilla

125g de azúcar

1 huevo (frío de la nevera)

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Método:

1. Precalentar el horno a 170ºC .

2. Derretir 125 g de chocolate en el microondas o al baño maría. El resto del chocolate lo cortamos con un cuchillo en trozos más bien grandotes. También se podrían usar chips de chocolate, da menos trabajo pero la verdad es que están más buenas con el chocolate cortado, tanto en apariencia como en sabor.

3.En un bol mezclar la mantequilla (a temperatura ambiente) con el azúcar hasta tener una pasta con una apariencia esponjosa.

4. A continuación añadir el chocolate derretido, el huevo y el extracto de vainilla y mezclar.

5. Mezclar en otro bol la harina, el cacao, el bicarbonato, el café  y la sal y añadirlo poco a poco a la mezcla anterior. 

6. Añadir los trozos de chocolate y remover bien para repartirlos por toda la masa.

7. Colocar papel de hornear sobre la bandeja y repartir encima bolitas de la masa anterior. A la hora de repartirlas dejad algo de espacio entre ellas porque con el calor se aplanan y se extienden un poco hacia los lados.

8. Meter en el horno durante aproximadamente 20 minutos

El tamaño va a gusto de cada uno, pero con esta cantidad de masa a mí me salieron unas 2 docenas de galletas.

Son muy fáciles de hacer y están buenísimas. Si el café no os convence no os preocupéis, las galletas saben básicamente a chocolate, no distinguiríais el sabor del café si no supierais que lo lleva, pero sí les da un regusto especial que no tienen sin él 🙂

Cupcakes de manzana asada

¡Qué frío hace….!  Y no lo digo por decir, ya se está empezando a notar que vivimos en el norte,… no me entendáis mal, me gusta el frío y la verdad es que casi siempre he vivido en el norte, pero está claro que no es lo mismo el norte de España que el norte de Francia 🙂

¿Y qué se hace en las frías tardes de otoño en las que no te apetece ni sacar la nariz por la ventana?… ¡Pastelear!: pasteles, bizcochos, cupcakes,… lo que sea con tal de que se adapte a la temporada en la que estamos, así que me he decidido por las manzanas… y es que, ¿qué hay más otoñal que el olor de las manzanas asadas? 🙂 La base de la receta de hoy es precisamente esa: las manzanas asadas, pero no asadas de cualquier manera… La semana pasada encontré una receta deliciosa para asar manzanas, así que vamos a empezar con ella:

MANZANAS ASADAS

Mezclar 50 g de mantequilla a temperatura ambiente con 40 g de harina, 75 g de azúcar moreno, 1 cucharadita de canela y media de sal. La mezcla debe hacerse con las manos integrando bien la mantequilla con el resto de los ingredientes. Como toque final se pueden añadir unas nueces o almendras troceadas, a gusto del consumidor.

Poner 4 manzanas, a las que les habremos quitado el corazón, en una fuente de horno y añadir la mezcla anterior rellenando el centro de las manzanas y dejando el resto encima. Cubrir el fondo de la fuente con agua y meter al horno precalentado a 180ºC durante unos 30-40 min.

Simplemente deliciosas!, si os decidís a hacerlas dudo que sobre ninguna para preparar los cupcakes :), pero la idea es reservar dos para la siguiente receta…

CUPCAKES DE MANZANA ASADA

Ingredientes:

120 g de mantequilla a temperatura ambiente

220 g de azúcar

270 g de harina

150 ml de leche

2 huevos (opcionales, he probado la receta sin ellos y funciona perfectamente, así que si alguien no puede/quiere añadirlos puede)

1 1/2 cucharadita de levadura

2 cucharaditas de canela

2 manzanas asadas sin piel (las que tenemos de la receta anterior) que habremos batido previamente para conseguir un puré

Método:

1. Precalentar el horno a 160ºC

3. Añadir los huevos uno a uno batiendo hasta que se incorporen.2. Batir la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una mezcla homogénea y cremosa.

5. Incorporar la harina mezclada con la levadura y la canela, en tres adiciones, intercalándola con la leche sin dejar de mezclar.

6. Añadir el puré de manzanas asadas a la mezcla anterior e incorporarlo bien

7. Añadir una cucharada de la mezcla a cada uno de los moldes de cupcake, colocar 4 o 5 pequeños trozos de manzana y rellenar el molde hasta aprox. 2/3 de su capacidad

8. Hornear durante unos 25-30 min

¡Cupcakes listos!

Cuando salen del horno huelen que alimentan, de hecho tienen un olor muy parecido a las manzanas asadas y los trozos de manzana en el interior le dan un toque estupendo.

¿Os estáis preguntando qué demonios he usado esta vez como mesa para las fotos?… Sí, está claro que se trata de un encerado de pizarra, pero ¿os habéis dado cuenta de lo rugosísimo que es?… Me lo fabriqué yo con una tabla y pintura de pizarra…podría decir que lo hice así a posta, para darle un carácter rústico… pero la verdad es que simplemente no sé pintar 🙂

Outro-mundo… un cuento de Samaín

 

-¡Bisi!, ¡bisi! -sube los peldaños poco a poco, parándose en cada uno, el regalo casi es tan grande como ella… -¡bisi!, ¡bisi!…- le tapa la vista, pero se ha empeñado en subirlo sola, lo ha hecho para la bisabuela Isaura y no quiere que nadie más lo toque.

Isaura está en su habitación, sentada en el silloncito, mirando por la ventana… los edificios de enfrente, los coches, la gente y… más edificios… hasta donde la vista alcanza, todos iguales… «¿cómo podrán distinguirlos?» piensa… tan solo un pequeño camposanto rompe la monotonía; a nadie de la casa le gusta, les pone los pelos de punta, pero no a ella, es lo único que le resulta familiar en aquella vorágine de ladrillo… Echa de menos su aldea, su casa, sus animales, las tardes en la lareira, los cuentos de la abuela… sacude la cabeza, «eso pasó hace mucho Isaura, aquí estás bien ahora, con tu nieta y tu bisnieta», se le ilumina la cara al pensar en ella, pero no puede evitar la sensación de no pertenecer a este mundo, de que su mundo es otro que ya no existe…

-¡Bisi!…- se gira, no la había oído subir, inmersa como estaba en sus pensamientos, y de repente la ve aparecer por la puerta… la pequeña María… tiene una sonrisa de oreja a oreja y sujeta como puede una enorme calabaza… -¡Bisi, mira que calabaza de Halloween más bonita hemos hecho hoy en clase de inglés!- la deja encima de la cama y se acerca a darle un beso -Es una fiesta que viene de EEUU, ¿sabes bisi?, nos lo contó la teacher– … -¡María, la merienda!- … -ahora tengo que bajar pero cuando acabe los deberes vuelvo y te sigo contando… se disfrazan ¿sabes? y llenan todo de calabazas con velas… ¡es genial!, ojala aquí también lo hiciéramos… -se lamenta María mientras desaparece escaleras abajo.

Isaura mira la calabaza con melancolía, «tal vez tenga más cosas que contarte yo a ti que tú a mí Maruxiña», piensa Isaura en su silloncito… «¿Halloween?… bueno, el nombre no es lo importante, Samaín lo llamábamos en mi aldea y Jalopín según creo recordar en la tierra de mi pobre Antonio que en paz descanse, el mismo perro con distinto collar… No Maruxiña, no, eso que me cuentas no es nuevo para mí…»

Se deja llevar por los recuerdos de aquellos días lejanos de su infancia… Lo primero que viene a su cabeza es el olor del maíz asándose en la lareira, dicen que los olores son lo último que se olvida, y ella lo revive como si aún estuviera allí… Cada año esperaba ansiosa que llegara la recogida del maíz, entonces, al salir de la escuela, todos los niños de la aldea iban a ayudar a los mayores, no sin cierto grado de interés, sabían que en el campo del maíz crecían también las calabazas, «os melóns dos porcos«, como les llamaba la abuela Adelina… la abuela Adelina, ¡cómo la quería!… en sus tierras crecían las mejores calabazas de la zona, todos los niños de la aldea querían ir a ayudar a limpiar el maíz a casa de la abuela Adelina, ella los recompensaba con una de sus estupendas calabazas, otras las vendía en el mercado junto al resto de sus verduras, pero la más hermosa de todas la guardaba siempre para su Isauriña.

Recuerda también el olor del humo… sí, era después del trabajo cuando llegaba el deseado momento… tallar las calabazas… los mayores asaban algunas mazorcas y contaban historias, los más mañosos ayudaban a los niños a hacer sus «caveiras de melón«… que pena le daba siempre tener que cortarlas, eran tan bonitas… pero era necesario, había que proteger la casa de los malos espíritus, como decía la abuela, y aún más importante para ella en aquel entonces; «había que alejar a los niños del Alto de nuestros dominios», piensa Isaura, «nuestras calaveras marcaban nuestro territorio, las suyas el suyo…» sonríe al recordarlo, era una adversidad alimentada por generaciones de «caveiras de melón«, una guerra tan acérrima como inocente… Cierto día, no hace mucho, su nieto el pequeño (-un famoso historiador- como a ella le gustaba decir) le había contado que esa costumbre venía de los celtas y que ya ellos colgaban entorno a sus poblados calaveras con velas dentro como protección, pero las suyas eran las calaveras reales de los enemigos vencidos en la batalla… la sola imagen le daba escalofríos, lo suyo era sólo un juego de niños, ¿que podía tener que ver con aquello?… pero, quién era ella para dudarlo, al fin y al cabo lo decía su nieto el «famoso historiador»

Durante todo octubre y noviembre salir de noche era un riesgo, nunca sabías dónde te podías encontrar una caveira: en los callejones, a la vuelta de la esquina, en el cruceiro de San Roque, en el de la fuente,… Las historias de los viejos en aquellas tardes de otoño al pie de la lareira… historias de difuntos, de la Santa Compaña, de aparecidos en los caminos,… hacían que la vuelta a casa resultara aún más aterradora, recuerda que se agarraba con fuerza a su hermana y juntas corrían casi con los ojos cerrados desde casa de la tía Flora, hasta llegar a la seguridad de su hogar.

Es curioso, durante todo el año ansiaban que llegara el Samaín y cuando llegaba no daban quitado el miedo del cuerpo, y es que, como decía la abuela Adelina, «en tiempos del Samaín los vivos visitan las casas de los muertos… pero también los muertos las de los vivos…»

Era un tiempo extraño, no sólo por las caveiras vigilando cada esquina, no sólo por los cuentos de los mayores erizando cada vello del cuerpo… había algo que transformaba el paisaje: los colores, los olores… incluso parecía que una densa niebla envolvía los bosques durante aquellos días… «la niebla de los Difuntos», como la llamaba la abuela Adelina y enseguida se persignaba y seguía a sus cosas, de aquello no se hablaba, todos lo sabían en casa… Se contaba que el abuelo Elías había recibido la visita de la Santa Compaña en la noche de Todos los Santos… aquella noche la abuela Adelina vio desde el dormitorio una fila de luces entre la densa niebla… cerró de golpe las contras de la ventana y se acurrucó bajo las sábanas pegada a su marido, rezando… el olor a cera y el soplo helado que siempre acompañan a la Santa traspasaban los gruesos muros… pero no era a ella a quien iba dirigido el mensaje… tres días después el abuelo Elías murió. Los médicos no supieron decirle el por qué, ella no lo necesitaba.

Desde que tiene uso de razón recuerda Isaura ir al cementerio en el día de Difuntos, a arreglar la sepultura, a engalanarla con velas, todo el pueblo reunido, cada uno con los suyos… no lo recuerda con tristeza, al contrario, echa de menos esa normalidad en el trato con el otro mundo que ahora ya no encuentra..

Luego, por la noche, en la cena, siempre estaba presente el abuelo Elías… en su casa, como en cada una de las de la aldea, esa noche era para cenar todos juntos, también los difuntos, así que no podía faltar un servicio a la mesa con una pieza de pan para que los del «Outromundo» vinieran a cenar con su familia.

Recuerda también el fuego de la lareira, en la noche de Difuntos era cuando más brillaba, no se podía apagar, había que dejar que se consumiera, pues cuentan que las ánimas, en nuestro mundo tienen frío y, en esta noche, se acercan a las lareiras a calentarse… Recuerda las avelaíñas, aquellas pequeñas mariposas que revoloteaban entorno a la luz buscando su calorcito…-son las almas de los finados- decía la abuela Adelina -nunca debéis de hacerles daño…- Como añora esas noches, que se alargaban hasta bien entrada la madrugada… los cuentos, las risas, el calor del fuego… era un tiempo mágico el del Samaín, lleno de ritos, de leyendas… lleno de amor por lo que ya no están… porque, ¿sabes Maruxiña? tus difuntos no son malos, no son los zombis de la tele, ni los monstruos de ese Halloween de tu teacher… tus difuntos te quieren y, si vienen a verte en esta noche, no debes tener miedo, sólo es para sentir tu compañía y protegerte.

Pero María no responde, se ha quedado dormida en el regazo de Isaura… -Me la llevo a la cama abuela, ya es tarde, era bien que se acostara usted también, debe de estar cansada- … -Sí cariño, tienes razón, ya es hora- … -Buenas noches abuela- … -Buenas noches mi cielo.

Isaura se acuesta, desde la cama puede ver el cielo… en el centro, una fila de lucecitas lo cruzan parpadeando… -es curioso -piensa- nunca antes había visto estrellas en la ciudad, aunque no parecen estrellas… -una sonrisa ilumina su cara y susurra- por fin…- Se levanta y abre la ventana, la densa niebla cubre el horizonte y un soplo de aire helado recorre su cuerpo, ya percibe el olor a cera,…se acuesta… -por fin ha venido -piensa, y con una sonrisa aún en los labios, cierra los ojos.

María se despierta sobresaltada, ha tenido una pesadilla aunque sólo recuerda el miedo y una sensación de frío… enciende la luz de la mesilla, el corazón le late muy deprisa pero no va a gritar, ya es una niña mayor, su madre siempre se lo dice, además hoy la bisi parecía cansada, no quiere despertarla. Se acuesta y se hunde en el edredón… de repente ve una pequeña mariposa que gira entorno a la lamparita… se la queda mirando… «¿cómo habrá entrado?», piensa… no puede dejar de mirarla, sus movimientos la calman, la respiración se hace más acompasada, los ojos se cierran y vuelve a dormir plácidamente.

Cupcakes de castaña…

Cómo me gusta el otoño!!… La verdad es que ya llevo unos días viendo los puestos de castañas asadas por la calle y me empezaban a apetecer, así que he decidido comprarme unas poquitas en el Carrefour (a 7,90 €/ Kg 🙂 ) y me he puesto manos a la obra. Después de rebuscar por internet encontré un par de recetas que tenían buena pinta, como suelo hacer,  tomé un poquito de esta y algo de la otra y aquí tenéis el resultado…

Ninguno de mis platos me parecía lo suficientemente rústico para presentar unos cupcakes de castaña, así que al final me decidí por el reloj de la cocina 🙂

Ingredientes:

CUPCAKES.
  • 120 g de harina
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 110 g de mantequilla
  • 100 g de azúcar blanco
  • 100 g de azúcar moreno
  • 2 huevos (a temperatura ambiente)
  • 100 g de puré de castañas. Cocer 150 g de castañas peladas en 80 ml de leche unos 10 minutos, hasta que las castañas estén tiernas y triturarlas (con esto salen unos 200 g de puré)
  • 125 ml de buttermilk. Si no podéis conseguirla os doy un sustituto que nos puede servir: 125 ml de leche entera + 1/2 cucharada de vinagre blanco, mezclar y dejar reposar durante unos 15 minutos
  • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
 BUTTERCREAM.
  • 250 ml de leche entera
  • 40-50 g de harina (sobre unas 5 cucharadas)
  • 200 g de azúcar
  • 220 g de mantequilla
  • Chocolate de cobertura

Método:

CUPCAKES.

1. Precalentar el horno a 175ºC

2. Mezclar en un bol la harina y el bicarbonato sódico.

3. Preparar la  buttermilk y añadirle la vainilla.

4. En un bol grande batir la mantequilla, añadir el azúcar blanco y el moreno y seguir batiendo hasta conseguir una mezcla esponjosa. Añadir los huevos, uno a uno, mezclando bien uno antes de echar el siguiente. Incorporar el puré de castañas y mezclar.

5. Añadir a la mezcla anterior la mezcla del punto 2 poco a poco, alternando con la buttermilk.

6. Repartir entre los moldes de papel, llenándolos hasta unos 2/3 de su capacidad.

7. Honear durante unos 20-25 minutos.

 BUTTERCREAM.

1. Disolver la harina en la leche y poner a fuego medio. Calentar, revolviendo con una varilla, hasta obtener una masa espesa.

2. Añadir el azúcar y calentar al baño María hasta que esté disuelto y dejar enfriar. Una vez frío, añadir la vainilla

3. Batir la mantequilla y añadir la mezcla anterior. Seguir batiendo hasta conseguir una masa homogénea.

4. Untar el interior de la manga pastelera con chocolate derretido.

5. Llenar la manga con la buttercream y decorar a gusto. Esperar a que la buttercream esté fría para poder manejarla mejor.

Una sugerencia: reservar algunas castañas cocidas, deshacerlas con los dedos (no triturarlas) y añadírselas a la masa final. Es una idea que se me ocurrió cuando ya estaban en el horno y que seguro que les da aún más sabor.

A disfrutarlas… 🙂

Red fruits tart

(Go to spanish version)

I´m here again and I´m experimenting new things … all right, I haven´t made any exotic dish from a distant land with a secret recipe handed down from generation to generation … no, it´s only a red fruits tart, I think that one of the most common kinds of tart, but for me this is the first 🙂

I’ve also used an ingredient that  I hadn´t employed ever before, and in principle, I didn´t have much hope of it: frozen berries … Why? …, because they are much cheaper than fresh and because the frozen company where I bought them are famous here in Paris and I think in France in general. They have everything, including meals prepared… and I mean things like «scallop dish with shrimp cream sauce and vegetables» and other stuffs like that… I have to try it one day 🙂

The fact is that the red fruits turned out to be a pleasant surprise … all right, I’m not going to cheat, I wouldn´t use them to make a fruit salad but they are perfect to include them in a tart, and the best thing: they aren´t bland !  On the contrary they have given an amazing flavor to the cake!

Ingredients:

85 g butter

190 g flour

1 1/2 teaspoon baking powder

1/2 teaspoon salt

175 g sugar

1 egg

120 ml milk

1 teaspoon vanilla extract

400 g of red fruits (blackberries, raspberries, cherries, strawberries, blueberries, … whatever you want!) If you want you can use fresh fruit, but if you can not because of the price or because they are out of season, … don´t doubt it, use frozen fruits!

Método:

1. Preheat oven to 160 ° C

2. Mix in a bowl flour, baking powder and salt.

3. Beat butter with sugar until the mixture is smooth and creamy.

4. Add milk, egg and vanilla  to the above mixture and mix well.

5. Incorporate the mixture of point 2 gradually and beat until the dough is smooth.

6. Pour the mixture into a pie pan (diameter about 25 cm) previously buttered.

7. Bake for about 50-60 minutes.

Easy, right?… So, get to work!… With your permission … I´m going to try it!! 🙂

Tarta de frutos rojos

(Go to english version)

Vuelta de vacaciones y a experimentar cosas nuevas… a ver, no es que haya hecho ningún plato exótico de un país lejano con una receta secreta transmitida de generación en generación… no, una tarta de frutos rojos creo que es de lo más común en cuanto a tartas se refiere, pero, para mí es la primera 🙂 Además he usado un ingrediente que no había empleado nunca y en el que, en principio, no tenía demasiadas expectativas: frutos rojos congelados… ¿Por qué? -preguntaréis, pues porque son mucho más baratos que frescos y porque la empresa de congelados en cuestión tiene mucho prestigio aquí en París y creo que en Francia en general. Tienen de todo, incluídas comidas preparadas… y me refiero a cosas como: «Plato de vieiras con gambas a la salsa cremosa de verduras» y cosas por el estilo, que, por lo que me han contado, sabe casi, casi como recién hecho.

El caso es que los frutos rojos en cuestión resultaron ser una grata sorpresa… a ver, no os voy a engañar, no los usaría para hacer una ensalada de frutas pero para incluirlos en una tarta y cocinarlos son perfectos y lo mejor: no son insípidos! :), al contrario le han dado un sabor a la tarta… increible!

Ingredientes:

85 g de mantequilla

190 g de harina

1 cucharadita y media de levadura química

1/2 cucharadita de sal

175 g de azúcar

1 huevo

120 ml de leche

1 cucharadita de extracto de vainilla

400 g de frutos rojos (mezclad lo que más os guste: moras, frambuesas, cerezas, fresas, arándanos,…) Si podéis frescos, pero si no podéis por precio o porque no es temporada,… no hay excusas que valgan, a los congelados!

Método:

1. Precalentar el horno a 160ºC

2. Mezclar en un bol la harina, la levadura y la sal.

3. Batir la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una mezcla homogénea y cremosa.

4. Añadir a la mezcla anterior la leche, el huevo y la vainilla y mezclar.

5. Incorporar la mezcla del punto 2 poco a poco y batir hasta obtener una masa homogénea.

6. Vaciar la masa en un molde para tartas de unos 25 cm de diámetro que habremos untado previamente con mantequilla para evitar que se pegue. Añadir los frutos por encima de la masa.

7. Hornear durante unos 50-60 minutos.

Sencillita ¿verdad?, pues nada, poneros a ello y ya me contaréis cuánto dura viva la tartita :). Yo, con vuestro permiso…

Sunday breakfast and the buttercream recipe you will love…

(Go to spanish version)

When you open your eyes and the morning sun paints with this light the walls of your room…

… and when you lift the shade you find this terrace that calls you … «Come, enjoy this sunny morning» …

You can not but accept the offer and go out… with «something to eat» … 🙂

Breakfast was a piece of the pie I made for dinner we organized on Saturday at home with friends.

The recipe is the same as the chocolate cake with strawberries, but in this case instead of covering it with chocolate I made it with a buttercream that, in the opinion of the guests, was very good. It´s not the first time anyone asks me the recipe and even some people have confessed that they would eat with a spoon 🙂 … So, I decided to prepare this post to explain how you can make it, because it´s a mixture of several recipes that I’ve found over there …

The buttercream you will love. Recipe

Ingredientes:

  • 250 ml whole milk
  • 40-50 g flour (about 5 Tbsp)
  • 200 g de powdered sugar
  • 220 g de butter
  • Whatever you like… strawberries, blackberries, blueberries, raspberries,… or just some drops of vanilla essence. To make this cake I used about 300 g strawberries.

¿Qué es lo que hay en el otro plato?… Los recortes del bizcocho, mojados en leche están de vicio…:)

Method:

1. Dissolve flour in milk and place over medium heat. Stir until obtaining a thick dough.

2. Add the sugar and heat it in a bain-marie (water bath)

3. Chop the strawberries (or fruit you have chosen) and beat them. Pour into a saucepan, heat over medium heat until boiling and keep boiling for about 10 minutes. This way, some water will evaporate and the flavor of the fruit will be more concentrated.

3′ In the case of vanilla buttercream, we must allow to warm the mixture of point 2, add a teaspoon of vanilla extract (or more if we want a more intense flavor) and go to step 5.

4. Add the concentrate fruit puree to the mixture of point 2 and let cool.

5. Beat the butter and add the above mixture (warm). Continue beating until creamy and smooth.

.. and ready! … A buttercream everybody likes, which can be used with any dessert and that, besides the flavor, has other advantages:

  • You use less sugar and less butter than with the classic recipes of buttercream.
  • No eggs are used. Some recipes add egg whites but it´s an ingredient that does not give me much confidence, especially in summer.
  • The texture is very soft. The sugar melts when you heat it with milk and flour and you can not feel the grains. In the classic recipe, sugar is added directly to the butter and beat, people who know how to do this can obtain a great texture but it is not easy to get it.

Enjoy it … and if you prepare it, please come back here and tell me if you liked it 🙂