
Sí, sí, sin huevos y superesponjosas :)… ¿No os lo creéis? Probad la receta y luego me contáis. Ingredientes: 1 yogur 1 medida de yogur de leche 1/2 medida de yogur de aceite 1 medida de yogur de azúcar. … Sigue leyendo
Sí, sí, sin huevos y superesponjosas :)… ¿No os lo creéis? Probad la receta y luego me contáis. Ingredientes: 1 yogur 1 medida de yogur de leche 1/2 medida de yogur de aceite 1 medida de yogur de azúcar. … Sigue leyendo
He de reconocer que, aunque ya había visto este tipo de panecillos muchas veces nunca había probado uno y menos me había animado a prepararlo. Lo de la mezcla de especias no me convencía mucho y la miel todavía menos (sí, soy una de esas raras personas a las que no le gusta la miel 🙂 ) Pero verlo por todos sitios me acabó picando la curiosidad, busqué por internet una receta interesante y acabé decidiéndome por esta de una crítica culinaria francesa, muy conocida por estos lares.
Es muy sencilla, ya veréis, lo más complicado puede ser quizás encontrar todas las especias, dependiendo de dónde viváis.
1. Calentar el horno a 165ºC
2. Mezclar en un bol la harina, el bicarbonato y las especias (deben estar en polvo) y tamizarlos.
3. Calentar la miel en una cacerola a unos 50ºC. Derretir la mantequilla y dejarla enfriar un poco. Batir bien el huevo y añadirlo a la miel junto con la mantequilla y la leche. Mezclarlo todo bien.
4. Incorporar la mezcla del punto 2 e integrarlo todo bien hasta conseguir una masa homogénea.
5. La cantidad de masa preparada es suficiente para 3 moldes rectangulares de unos 14 x 7 x 4 cm. Si no tenéis de esta medida, calculad más o menos para el molde que tengáis.
6. Hornear durante unos 30-40 min. Tened en cuenta que esto va a depender del tamaño del molde que uséis.
¡A disfrutarlo! 🙂
Hoy os traigo una receta que me encontré navegando por internet y que me llamó la atención por la mezcla de especias y por la forma tan curiosa que tiene 🙂
El resultado es una masa realmente esponjosa y con un sabor muy peculiar que, unido al del chocolate y los frutos rojos, hacen de este pan un acompañamiento estupendo para desayunos y meriendas.
1. Mezclar bien en un bol la levadura, la leche y el azúcar.
2. Añadir a la mezcla anterior el aceite, la canela, la ralladura de naranja, el cardamomo, la sal e ir incorporando la harima a medida que se va amasando hasta obtener una masa blanda pero no pegajosa. Este proceso lo podéis hacer a mano, o con una amasadora (menos cansado 🙂 ). Yo lo suelo hacer con la amasadora pero al final la saco y le doy la última vuelta a mano para comprobar la consistencia, si la masa está muy dura se le puede añadir un poco más de leche y si está muy pegajosa un poco más de harina, pero con las cantidades que os he dado debería saliros bien.
3. Hacer una bola con la masa y colocarla dentro de un bol engrasado con aceite. Cubrir el bol con un film plástico (o un trapo de cocina limpio) y dejarlo reposar alrededor de 1 hora o hasta que doble su volumen (lo que ocurra primero 🙂 )
4. Finalizado el tiempo de reposo extender la masa con un rodillo sobre una superficie enharinada, hasta formar un rectángulo del ancho aproximado 3 veces el ancho del molde rectangular que vais a usar (unos 30 cm en mi caso) y de un espesor de aproximadamente 1 cm.
5. Para este paso es mucho mejor que miréis las fotos de la presentación, os quedará mucho más claro :), en cualquier caso os lo escribo también. Pintar con aceite toda la superficie del rectángulo y repartir la mitad del chocolate y los frutos rojos de modo que cubran el tercio central de la masa. Cubrir esta zona con el tercio superior de la masa, repartir sobre ella el chocolate y los frutos rojos restantes y volver a cubrir con el tercio inferior de la masa.
6. Tras el paso 5 deberíais tener un rectángulo del ancho del molde que vais a usar (unos 10 cm en mi caso). A continuación hay que cortarlo cada 6-7 cm aproximadamente e introducir cada trozo dentro del molde, tal y como aparece en la foto siguiente:
7. Tapar el molde y dejar reposar unos 30 min más.
8. Destapar el molde e introducir en el horno precalentado a 180ºC durante unos 45 min. Cada horno es un mundo así que os recomiendo vigilar a partir del minuto 30 para ver como va.
Si lo conserváis tapado os puede aguantar blandito y esponjoso hasta 3 días.
No lo he probado, pero estoy convencida de que la masa simplemente, sin más añadidos, daría un pan de especias muy rico. Si alguien se anima con esa variante de la receta (más sencilla y menos calórica 😉 ) que nos cuente el resultado.
¡Qué lo disfrutéis! 🙂
Hoy os traigo una receta sueca de las que me gustan… con mucha canela 🙂
150 g de mantequilla
90 g de azúcar
1/2 cucharadita de sal
2 cucharaditas de cardamomo molido (esto es opcional, yo no se lo añadí porque no lo tenía pero dicen que les da un toque muy bueno)
500 ml de leche (templada, a unos 35ºC)
16g de levadura de panadero (50 g si se usa levadura fresca)
850 g de harina
Para el relleno:
175 g de mantequilla
90 g de azucar moreno
3 cucharadas de canela
1/2 cucharadita de cardamomo molido
1/4 cucharadita de vainilla.
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Método:
1. Mezclar en un bol la mantequilla, el azúcar, la sal y el cardamomo hasta conseguir una mezcla cremosa.
2. Disolver la levadura en la leche y añadir a la mezcla anterior. OJO: si se utiliza levadura de panadería de la que se vende en el supermercado es necesario seguir las instrucciones del paquete para activar la levadura antes de añadirla a la harina.
3. Ir añadiendo la harina poco a poco hasta conseguir una masa homogénea y elástica. Cubrirla con un paño y dejarla reposar alrededor de una hora.
4. Entretanto, mezclar los ingredientes para el relleno.
5. Cuando la masa esté lista, dividirla en dos partes para trabajarlas por separado (es más cómodo para estirar la masa). Con cada una de las partes seguiremos los pasos (de 6 a 8)
6. Estirar la masa con un rodillo hasta conseguir un rectángulo de unos 50 x 40 cm y extender la mitad del relleno por toda la superficie.
7. Doblar en tres partes,como una carta.
8. Cortar tiras de unos 2cm, retorcer cada tira sobre si misma y hacer una nudo con ella (si no os han salido lo suficientemente largas, tras retorcerlas, enrolladlas haciendo una bola) Finalmente pintadlas con un poco de huevo batido.
9. Podéis colocar cada una en un molde como yo hice o directamente sobre el papel de hornear. Meter al horno a 220ºC durante unos 10-15 minutos.
La verdad es que son una delicia, sobre todo si os gusta la canela como a mí 🙂 , y se conservan esponjosos durante al menos 2 días (posiblemente más pero no puedo confirmarlo, no llegaron tan lejos 🙂 )
Hoy os traigo una variación de una receta muy muy francesa: «la tarte Tatin» 🙂
En lugar de la típica tarta de varias raciones, he decidido hacer unas tartaletas individuales, igual de ricas pero más prácticas a la hora de comer.
Como no solo de repostería vive el ser humano, antes de pasar a la receta en si os dejo un poco de historia :). La tarta Tatin (o tarta de manzana invertida) tiene su origen, como muchas recetas, en un accidente culinario. Las hermanas Caroline y Stèphanie Tatin, regentaban a principios del siglo XIX el Hotel Tatin en la región de Auvergne, cuyo restaurante era muy frecuentado por los cazadores de la zona. Un domingo de apertura de caza, Stèphanie estaba preparando una tarta de manzanas para el almuerzo, pero, con las prisas, echó las manzanas con la mantequilla directamente en el molde de la tarta antes de colocar la masa y lo metió en el horno. Al darse cuenta, lo sacó y, como no tenía tiempo de quitar las manzanas para colocar la masa debajo, decidió poner la masa por encima de las manzanas, hornear así la tarta y darle la vuelta al sacarla del horno.
Esta receta la saqué navegando entre diversos blogs de repostería franceses, pero evidentemente no es la única. La esencia es la misma pero hay variaciones, una de ellas es la de nuestras amigas de Lost in Cupcakes, con menos mantequilla pero riquísima también 🙂
Y ahora sí, la receta…
Para la masa (quebrada o brisée):
La masa que se recomienda para esta tarta es la masa quebrada (pâte brisée) o la hojaldrada. Se puede comprar hecha pero si os decidís por la brisée he de deciros que es muy fácil de hacer en casa (10 minutos contados) y siempre os va a quedar más rica que la comprada 🙂
Con las cantidades que os doy a continuación tendríais masa suficiente para unas 30 tartaletas. Si vais a hacer menos podéis reducir la cantidad o hacerlo todo y congelar lo que os sobre ya que es una masa que aguanta muy bien la congelación.
300 g harina
150g mantequilla a temperatura ambiente
80ml agua fría
1/2 cc sal (si la mantequilla es salada no hace falta)
Para la tarta (12 tarteletas):
6 manzanas.
300g mantequilla
300g azúcar
Preparar la masa:
La cantidad no utilizada se puede envolver en un film transparente y congelar.
Hacer la tarta:
1. Pelar y cortar las manzanas en gajos más o menos grandes dependiendo del molde que vayamos a utilizar.
2. Colocar la mantequilla y el azúcar en una sartén y calentar a fuego medio hasta que empiecen a coger un ligero color caramelo.
3. Añadir las manzanas, revolver y dejar a fuego lento durante unos 7-10 min.
4. Colocar las manzanas en los moldes y añadir a cada tartaleta un poco del caramelo en el que se han cocinado.
5. Extender la masa hasta que tenga unos 2-3 mm de espesor, cortar círculos un poco más grandes que los huecos del molde y cubrir con la masa introduciendo los bordes entre las manzanas y el molde.
6. Hacer un pequeño agujero en la masa y hornear a 200 ºC durante unos 20 min o hasta que veamos la masa dorada.
7. Sacar del horno y darle la vuelta al molde sobre una fuente, pero sin retirarlo. Esperar a que se enfríe un poco y retirar el molde.
Espero que os haya gustado y que os animéis a intentarla, hasta la próxima 😉
¡La de tiempo que hace que no publicaba una receta! …
La verdad es que no tengo perdón de Dios, he tenido el blog abandonadísimo 🙂 Pero bueno, más vale tarde que nunca y, puestos a volver, me he decidido por una receta de pan de chocolate y naranja que encontré en un blog francés: «Les petits plats de Parchouka»
La mezcla de estos dos sabores me encantan y, de hecho, tengo una receta colgada en el blog de un bizcocho de plátano, chocolate y naranja, pero en este caso el resultado es totalmente diferente. El sabor a naranja y chocolate es muy intenso (más que en el bizcocho) y la textura es totalmente la de un bollo de pan. Otra ventaja, para aquellos que tengáis que restringir el azúcar, es que casi no lleva, solamente 15 g 🙂
Visto lo bueno, pasemos a los peros…. No hay 🙂 Es fácil de hacer y el único inconveniente es que se necesita tiempo para que la masa repose.
370 g de harina
15 g de azúcar
2 cucharadas soperas de levadura seca de panadero (o 15 g de levadura fresca)
200 ml de leche
50 g de mantequilla a temperatura ambiente
100 g de chocolate negro picado
75g de piel de naranja confitada, cortada en pequeños trozos.
1. Mezclar en un bol la harina, el azúcar y la levadura. OJO: si se utiliza levadura de panadería de la que se vende en el supermercado es necesario seguir las instrucciones del paquete para activar la levadura antes de añadirla a la harina. Yo la primera vez me olvidé, se la añadí directamente, como se hace con la levadura normal y tuve que tirarlo 😦
2. Disolver la sal en la leche y añadirla a lo anterior. Mezclar, si se utiliza un robot ponerlo 3 min a velocidad baja.
3. Añadir la mantequilla a temperatura ambiente (punto pomada) y mezclar durante 3 min más a velocidad media.
4. Añadir el chocolate y la piel de naranja confitada. Llegados a este punto, sacar la masa del bol y amasarla a mano hasta haber incorporado bien todos los ingredientes.
La naranja confitada es muy fácil de hacer y queda mucho más rica que comprada… Sólo necesitamos la piel de una naranja, azúcar y agua. Retiramos la máxima cantidad posible de parte blanca de la piel de la naranja, la cortamos en cuadraditos y la ponemos en una cazuela con unos 50 ml de agua y 50 g de azúcar (si el cazo es muy grande y el agua no cubre la piel de la naranja añadir más agua y más azúcar, conservando la proporción). Dejamos cocer a fuego lento hasta que reduzca el agua y la piel esté tierna.
5. Hacer una bola con la masa y dejarla reposar tapada con un paño durante 1 hora en un lugar templado y lejos de corrientes de aire.
6. Al cabo de la hora, amasar para eliminar el gas, extenderla a mano en un rectángulo y doblarla en varias partes. Dividir la masa y formar 4 bolas.
7. Colocarlas en un molde, cubrir con un paño y dejar reposar y hora y media, hasta que doble su volumen.
8. Hornear a 180ºC durante unos 35 min. Desmoldar y dejar enfriar.
¡Qué lo disfrutéis! 🙂
Aquí os dejo una recetilla de tarta de manzana que me he encontrado buscando por la web y que ha resultado ser un gran descubrimiento.
No llega a la altura de la tarta de la abuela de mi amiga Anjana, pero, visto que es imposible arrancarle la receta de familia habrá que investigar a ver si consigo acercarme lo máximo posible 🙂
85 g de mantequilla
190 g de harina
1 y 1/2 cucharadita de levadura
1/2 cucharadita de canela
1/2 cucharadita de sal
175 g de azúcar
1 huevo
120 ml de leche
1 cucharadita de extracto de vainilla
3 manzanas (medianas, lo suficiente para cubrir la tarta)
25 g de azúcar con 1 cucharadita de canela (para espolvorear por encima)
1. Precalentar el horno a 175ºC
2. Mezclar en un bol la harina, la levadura, la canela y la sal.
3. Batir la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una mezcla homogénea y cremosa.
4. Añadir a la mezcla anterior la leche, el huevo y la vainilla y mezclar.
5. Incorporar la mezcla del punto 2 poco a poco y batir hasta obtener una masa homogénea.
6. Vaciar la masa en un molde para tartas de unos 25 cm de diámetro que habremos untado previamente con mantequilla para evitar que se pegue. Añadir las manzanas peladas y fileteadas cubriendo toda la superficie.
7. Espolvorear con el azúcar con canela.
8. Hornear durante unos 10 minutos, bajar la temperatura a 150ºC y hornear unos 50 minutos.
Sencillita y rica rica 🙂
En cualquier caso es el primer intento, se agradecen todo tipo de sugerencias, modificaciones, mejoras,… vamos, cualquier cosita para conseguir la perfecta tarta de manzana… ¿os sabéis algún truco?
Para finalizar aquí os dejo un pequeño vídeo: Desnudo integral… de mi tartera, espero que os guste 🙂
Sí, las he encontrado! 🙂
Gracias al blog de las chicas de Lost in cupcakes he descubierto una de las recetas más sencillas y ricas que he probado nunca, se trata de unas galletas de mantequilla del panadero catalán Xabier Barriga.
Preparando los ingredientes me pregunté que pasaría si añadíamos unas cucharaditas de cacao a la masa, así que lo probé y aquí os dejo el resultado: galletas de mantequilla y galletas de chocolate, más fáciles creo que imposible… y más ricas tampoco 🙂
Por supuesto la cantidad de galletas depende del tamaño y espesor, yo las hice de unos 6 cm de diámetro y 1/2 cm de espesor.
150 g de harina (125 g para las galletas de chocolate)
75 g de mantequilla pomada (a temperatura ambiente)
75 g de azúcar glass
60 g de leche entera
1 pizca de sal
25 g de cacao en polvo para las galletas de chocolate
1. Mezclar todos los ingredientes secos: harina, azúcar, sal (y cacao en el caso de las galletas de chocolate)
2. Añadir a la mezcla anterior la leche y la mantequilla cortada en cubos.
3. Amasar bien hasta conseguir que todos los ingredientes se integren, hacer una bola con la masa y meterla a la nevera durante unos 20 minutos (para que tome más consistencia)
4. Sacar de la nevera la masa, colocarla entre dos hojas de papel de hornear y estirar con un rodillo hasta conseguir el espesor que queramos. Esta masa no crece así que las galletas se quedarán con el espesor que les demos ahora.
5. Cortar la masa con la forma que queramos y hornear a 170ºC durante unos 15 minutos.
Listas! Creo que nunca he hecho una receta más fácil 🙂
Delicioso, superfácil y rapidísimo… lo sé, siempre digo lo mismo, pero esta vez os voy a dar datos concretos: he tardado exactamente 20 minutos en hacerlos :)…
En lugar de frutos rojos se pueden usar manzanas, melocotones,… Personalmente creo que lo mejor es introducir una fruta que tenga un punto ácido, por el contraste que crea con el dulce del crumble.
170 g de frutos rojos: grosellas, arándanos, moras, frambuesas,… Dado que a estas alturas del año encontrar todo esto me iba a salir por un ojo de la cara, decidí utilizar una mezcla de frutos rojos congelados… buenísimos, el sabor es casi tan intenso como el de los frutos al natural, y una vez cocinados no vais a notar la diferencia, prometido 🙂
50 g de mantequilla
50 g de azúcar
Para el crumble.
70 g de harina
70 g de azúcar moreno
70 g de mantequilla
1 cucharadita de canela
1 pizca de sal
1. Precalentar el horno a 180 ºC
2. Poner en una sartén la mantequilla y el azúcar y añadir los frutos rojos, cocinarlos a fuego medio durante unos 5 minutos.
3. En un bol añadir todos los ingredientes del crumble y amasar con los dedos hasta obtener una textura arenosa/grumosa
4. Cubrir el fondo de las minitarteras con los frutos rojos.
5. Añadir el crumble por encima de los frutos.
6. Hornear durante unos 10-15 minutos. Colocar en la parte superior del horno para que el crumble se dore.
Pof fin me he atrevido con el famosísimo croissant francés y, francamente, me han quedado muy buenos 🙂
He de reconocer que ha sido al segundo intento, todo requiere su práctica, pero una vez cogido el truquillo he de decir que, ni en aspecto ni en sabor tienen nada que envidiar a los de la pâtisserie de la esquina.
Para hacerlos he estrenado este libro que me regaló David en vacaciones…
…pero he modificado un poquito la receta, concretamente la cantidad de mantequilla. Un croissant hecho con la cantidad indicada en el libro vuelve transparente una bolsa de papel en unos 30 segundos :), vamos, que practicamente «chorrea» mantequilla. Con un 20% menos siguen estando muy ricos y el riesgo de entupimiento de arterias se reduce considerablemente 😉
Ingredientes (para unos 30 croissants medianos):
500g de harina (normal, tipo T45)
30 g de azúcar
10 g de levadura fresca. Yo he utilizado la levadura de panadero que venden en el supermercado, viene granulada y ya te indica en el sobre la cantidad necesaria en función de los g de harina
150 ml de leche templada
180 ml de agua templada
350 g de mantequilla. En la receta original ponía 450g.
2 cucharillas de sal
Método:
1. Diluir la levadura y dejar reposar tal y como esté indicado en el sobre (en la mía ponía 15 min). Si usáis levadura fresca este paso no es necesario.
2. Mezclar la levadura, la leche, el agua y el azúcar. Añadir a continuación la mitad de la harina.
3.Añadir el resto de la harina mezclada con la sal y amasar, hacer una bola, meter en un bol, cubrir con un film y dejar reposar en la nevera toda la noche.
4. Sacar la masa de la nevera y dejar atemperar 1 hora.
5. Poner la mantequilla entre dos hojas de papel de horno y aplastar con un rodillo hasta tener un cuadrado de unos 20 cm de lado.
6. Estirar la masa en un rectángulo de unos 20×40 cm. Colocar la mantequilla sobre una mitad, doblar la otra mitad sobre ella y presionar sobre los bordes para que quede bien cerrado (vamos, lo que viene siendo una «empanadilla de mantequilla» 🙂 )
7. Girar un cuarto de vuelta y volver a estirar con el rodillo hasta tener un rectágulo de unos 20×40 cm
8. Doblar la masa en dos, girar un cuarto de vuelta y volver a estirar como en 7
9. Doblar de nuevo, girar y dejar reposar 20 minutos. Tras el reposo, volver a estirar como en 7, doblar y girar.
Lo sé, lo sé,… ya habéis perdido la cuenta de los «doblar y girar», os lo resumo, son tres en total.
10. Envolver en film alimentario y dejar reposar en la nevera durante 1 hora antes de utilizarla.
No es necesario usar toda la masa. Si es para otro día, os recomiendo dividirla en 2 o tres partes y congelarla, cuando la necesitéis sacáis la cantidad que queráis y la dejáis descongelar en la nevera.
¿Complicado?, bueno, da un poco de trabajo pero os garantizo que el resultado está muy, muy bueno. Mirad la pinta que tienen una vez acabados… ¿seguro que no os apetece seguir? :)…
Sacar la masa de la nevera unos 10 min antes de usarla
1. Estirar con un rodillo hasta tener una masa de uno 4 mm de espesor.
2. Cortar en bandas de unos 20 cm de ancho. Eso ya depende del tamaño de croissants que queráis, en cualquier caso tened en cuenta que crecen un poco.
3. Recortar cada banda en triángulos.
4. Hacer un pequeño corte en la base del triángulo y envolver comenzando por la base.
5. Plegar los extremos (los cuernos) hacia el interior.
6. Colocar los croissants sobre una placa con papel de hornear.
7. Dorar con huevo batido, cubrir con film y dejar reposar entre 1 hora y media y 2 horas en una zona templada y al abrigo de corrientes de aire. En lugar de huevo batido podéis usar alguna mermelada, yo lo hice con una de albaricoque y el efecto es el mismo pero además le da un toque dulce a la cubierta muy rico 🙂
8. Precalentar el horno a 220º C, volver a dorar con el huevo (o la mermelada) y hornear durante unos 12-15 minutos.
Y listo!… Sé que es laboriosa y requiere tiempo, sobre todo la preparación de la masa, pero intentad hacerla al menos una vez y probad el resultado, seguro que repetís 😉