Cupcakes de zanahoria con buttercream de queso…

“…Uy!, qué raro suena eso!” -es lo primero que dijo mi novio cuando le conté lo que estaba haciendo…

“Ésto está de vicio, mañana se lo llevo a los del trabajo, seguro que no quedan ni las migas…” -eso es lo que dijo después de probarlos 🙂

¿Intrigados?… pues aquí os dejo la receta, para que los probéis y salgáis de dudas 🙂

La receta de los cupcakes la he tomado prestada de una web estupenda que últimamente consulto mucho, es de Alma, una chica que se dedica a hacer cupcakes (entre otras muchas lambonadas 🙂 -esta palabra creo que es gallega… os la traduzco: dícese de todas las cosas dulces y deliciosas-). El buttercream lo modifiqué un poquito para que fuera menos dulce… creo que quedó bien, pero ya me comentaréis los probadores oficiales 🙂

Ingredientes:

Para los cupcakes:

140 g de harina

1 cucharadita de bicarbonato sódico

1 cucharadita de canela

2 huevos

115 g de azúcar

120 ml de aceite de oliva. Usad un aceite de oliva suave para que no le de demasiado sabor a los cupcakes, si no lo tenéis usad aceite de girasol.

150 g de zanahoria

140 g de manzana

5 nueces troceadas

En la receta original se le añade también 60 g de pasas, a mí no me gustas así que he eliminado este ingrediente 🙂

Para la buttercream:

100 g de queso tipo Philadelphia. No compréis del desnatado porque sin grasa la buttercream no va a montar bien y no lo saquéis de la nevera hasta necesitarlo.

50 g de mantequilla a temperatura ambiente

150 g de azúcar glas

Método:

Preparación de los cupcakes:

1. Mezclar en un bol la harina, la canela y el bicarbonato sódico. Mezclar muy bien estos ingredientes para evitar zonas con una alta concentración de bicarbonato… ¿por qué?… pues por lo que he leído en alguna web, parece ser que el bicarbonato puede hacer que la zanahoria cambie a un color verde (nada apetitoso), el resultado es igualmente comestible, pero la apariencia más bien mala. Si el bicarbonato está bien distribuido no deberíais de tener este problema.

2. En otro bol batir los huevos con el azúcar y el aceite.

3. Pelar las zanahorias y la manzana y rallarlas. Intentar hacer este paso lo más tarde posible pare evitar que se oxiden en contacto con el aire.

4. Tamizar la mezcla del paso 1 y añadirla a la del paso 2, mezclando bien para conseguir una masa homogénea.

5. Incorporar la zanahoria y la manzana, mezclar y, finalmente, añadir las nueces.

6. Rellenar los moldes hasta aproximadamente 3/4 de su capacidad.

7. Introducir en el horno (precalentado a 160ºC) durante 20-25 minutos (a mí me llevó un poco más de 25min, pero mi horno no es demasiado bueno, creo que pierde calor por algún lado 😦 ). En cualquier caso, echadles un vistazo a los 20 min, porque parece ser que se puden quemar con facilidad.

8. Sacar del horno los cupcakes y dejarlos enfriar.

Preparación de la buttercream:

1. Batir la mantequilla con el azúcar hasta obtener una masa homogénea. Sí, lo sé, dije que no volvería a hacer una buttercream hasta no tener una batidora de varillas, pero soy una matada, y la he vuelto a hacer con mi batidora de cuchillas de toda la vida… que traballiño… 😦 

2. Añadir todo el queso crema, que debe de estar bien frío y batir hasta tener una masa blanca y cremosa.

Una vez que los cupcakes estén fríos, decorar con la buttercream… y lo que queráis: canela, nueces picadas, una zanahoria hecha de fondant o mazapán,… eso ya es cuestión de la imaginación de cada uno y de la disponibilidad de ingredientes 🙂

Nota: La buttercream les da un sabor muy bueno, pero tenéis que probarlos sin ella, el bizcocho en sí está de vicio… estoy pensando en hacerlo en versión tarta 🙂

Tarta Sacher :)

Los que leáis este blog a menudo sabréis que esta no es la primera vez que cuelgo fotos de una Sacher, de hecho fue mi primera «entrada repostera» 🙂

Desde entonces muchos me habéis pedido que colgara la receta, así que el miércoles me puse manos a la obra y decidí probar la misma que ya había utilizado pero en un molde más pequeñito (17 cm en lugar de 24), el resultado fue esta «tartita para dos» :),  perfecta para regalarle a una pareja de amigos que casi nunca llegan a probar mis peripecias pasteleras (solemos vernos a finales de semana y para entonces ya no quedan ni las migas 🙂 )

¡La cantidad de ingredientes es la misma que la que había utilizado para el molde de 24cm!, la diferencia es que ésta quedó más gordita (sobre 8-9cm) y pude dividirla en 3 capas sin problema… La verdad es que una vez recubierta parecía una tartita de juguete, más mona… ;)… ya sé que suena cursi, pero me dio una pena cortarla… 😀

La única «precaución» para este tipo de tartas gruesas es asegurarse de que el molde es lo suficientemente alto, el mío mide 6,5 cm… poco, como pude comprobar… Os podéis imaginar que me pasé casi toda la cocción pegada al horno, viendo como la masa crecía irremediablemente, … como cada vez quedaba menos para llegar al borde,… como,efectivamente, llegaba y… afortunadamente, en ese momento ya estaba lo bastante hecha para no desparramarse, así que creció medio cm por encima del borde y ahí se quedó 🙂

Ingredientes:

Para el bizcocho:

160 g de chocolate de cobertura negro (las coberturas que he encontrado hasta ahora tienen sobre un 54% de cacao y el color que le dan al bizcocho no es tan oscuro como me gustaría, así que en este caso usé mitad cobertura y mitad choco negro del 80% :). Eso ya va según gustos)

120 g de harina

150 g de azúcar

100g de mantequilla

4 huevos

10 g de levadura

Para el relleno:

100 g de azúcar

1 vaso de agua

1 vasito de ron dorado

200 g de mermelada de albaricoque (es una aproximación, depende mucho del tamaño de la tarta y de lo que os guste la mermelada 🙂 )

Para la cobertura:

150 g de chocolate de cobertura (fondant)

150 ml de nata para montar

75 g de mantequilla

Método:

Preparación del bizcocho:

1. Derretir el chocolate y la mantequilla juntos y dejar enfriar la mezcla. Se puede hacer al baño María o en el microondas, es este último caso tened mucho cuidado de que el chocolate no llegue nunca a hervir.

2. En un bol batir las yemas con la mitad del azúcar, añadírselo a la mezcla anterior (que debe de estar templada) y batir todo bien hasta obtener una mezcla homogénea.

3. En otro bol juntar la harina con la levadura, tamizarla (podéis usar un colador) e irla incorporando a la mezcla anterior poco a poco. La masa que os queda después de este paso es bastante dura, la primera vez pensé que me había equivocado y había echado demasiada harina, no os preocupéis, eso se arregla en el punto 5.

4. Montar las claras a punto de nieve y, casi al final, añadirles el azúcar restante.

5. Añadir poco a poco las claras montadas a la mezcla del punto 3, mezclando con mucho cuidado (sin batir), sólo envolviendo. Hemos pasado el trabajo de montar las claras, si ahora batimos fuerte habrá sido trabajo en balde 🙂

6. Untar el interior del molde con mantequilla y harina para evitar que se pegue la tarta.

7. Añadir la mezcla y meter en el horno a 180ºC durante 25 minutos, bajar a 160ºC y mantener 25 minutos más. Comprobar con un pincho o cuchillo que está hecho antes de sacarlo.

8. Desmoldar en frío (para evitar que se rompa) y dividir en 2 o 3 capas (dependiendo de lo alta que nos haya quedado)

Preparación del relleno:

1. Calentar durante 5 minutos el agua, el azúcar y el ron.

2. Emborrachar las capas con la mezcla anterior y añadir la mermelada. Dependiendo de la marca de mermelada y del gusto de cada uno puede ser buena idea pasarla antes por la batidora para que quede más fina.

3. A la hora de volver a montar las capas poner la de abajo arriba, ya que es la más plana, de esta forma la tarta tendrá un mejor aspecto.

Preparación de la cobertura:

1. Calentar la nata hasta ebullición, sacar del fuego y añadir el chocolate en trozos pequeños y la mantequilla. Mezclar bien.

2. Para bañar la tarta, colocarla primero sobre una rejilla, con un plato debajo para recoger el sobrante. Bañar con la cobertura

3. Cuando no gotee, pasarla a un plato o fuente y dejarla enfriar.

… y a disfrutar… 😀

¡Regalitos…! :)

Ayer recibí un regalo de mi novio :)… ciertamente son 8 pequeños regalitos que me van a facilitar enormemente la vida, al menos en lo que a mi faceta repostera se refiere :). Como una imagen vale más que mil palabras, aquí os los presento:

«¿4 cacitos y 4 cucharitas? … ¿y a eso le llama regalo esta mujer?, pues vaya cosa…» Los que nunca han intentado hacer una receta de repostería sacada de un libro de habla no hispana: inglés, americano,… posiblemente piensen eso. Los que se han vuelto locos con las medidas que aparecen en este tipo de recetas hasta el punto de rendirse por agotamiento, me entenderán perfectamente 🙂

En España estamos acostumbrados a utilizar un sistema estupendo de medida: el sistema internacional de unidades, con sus Kg, con sus g, con sus L y ml, incluso con sus cm3, … en fin, unidades muy fáciles de medir con una simple báscula de cocina y el típico vaso medidor de los chinos para los líquidos.  Es un sistema tan sencillo y lo usamos tanto que nos olvidamos que no es el único que existe, y es que por esos mundos de Dios hay miles de formas de medir a cada cual más enrevesada.

En concreto, en el mundo de la repostería, ingleses, americanos, australianos e incluso japoneses, decidieron en algún momento hacernos la vida imposible al resto de los mortales inventando un sistema que se basa en «cups» (tazas), «tablespoons – Tbsp» (cucharas) y «teaspoon – tsp» (cucharitas)… suena «superpreciso», ¿verdad? El caso es que todas las recetas procedentes de esos países (la mayoría) vienen redactadas en estas «maravillosas» unidades, de modo que si no tienes nada con que medirlas no te queda más remedio que buscarte las equivalencias y ponerte a multiplicar, a saber:

1 cup – 284 ml

1 Tbsp – 15 ml

1 tsp – 5 ml

Y con esto miden todo, lo mismo la leche, que el azúcar, la harina… En el caso de los líquidos podemos pasar a ml con las anteriores equivalencias y usar luego una jarra medidora, pero ¿cómo hacemos con los sólidos?… a nada que quieras ser un poco preciso (y en repostería a veces esto es imprescindible) vas a tener que buscar la densidad y calcular los g  :D… Para partirse de risa ¿verdad?, a estas alturas ya se habría hecho de noche y nosotros todavía sin empezar a cocinar y con la calculadora a vueltas.

Pues aún no os he contado lo mejor, las equivalencias que os he dado antes son las que se utilizan en Gran Bretaña, pero en EEUU el cup es de 236 ml y en Australia y Canadá de 250 ml :D… decidme si no es para volverse loca…

En fin, supongo que ahora entenderéis el por qué de mi alegría al recibir el regalito en cuestión. Cierto es que tendré que modificar un pelín las cantidades porque mi cup es de 250 ml, pero nada que ver con las «hojas de cálculo» que me tenía que currar hasta ahora, para cuando empezaba a cocinar ya se me había olvidado qué iba a hacer :D…

Buen fin de semana a todos 🙂

Cupcakes de chocolate con buttercream de frambuesa

¡Mis primeros cupcakes!,… bueno, los segundos, hace un par de meses lo intenté con otra receta pero la experiencia no fue muy buena 🙂

Esta vez creo que han quedado bastante bien: el aspecto es bueno y las opiniones de quienes los han probado también :), así que me doy por contenta 🙂

Los que no estéis muy familiarizados con la repostería os preguntaréis qué es un cupcake, qué tiene que ver con eso que llamo buttercream y por qué demonios le tenemos que dar nombres ingleses a las recetas con lo bonito que es el castellano :). En cuanto a esto último estoy completamente de acuerdo, el problema es que para traducirlos no me llega con una palabra: pastel de taza (cupcake), crema de mantequilla (buttercream) y me niego, es una cuestión de economía de lenguaje 🙂 Alguno me dirá que al cupcake podría llamarle magdalena… pero no, no es lo mismo, las masas son diferentes y van menos batidos, además llevan muy poca o ninguna levadura para evitar que formen copete y así poder decorarlos mejor. Así que lo dicho, por ahora y a espera de que la R.A.E. invente algo mejor, me quedo con los términos en inglés, al fin y al cabo los inventaron ellos (los americanos), deámosles el crédito 🙂

Antes de escribirla receta he de advertiros que sería recomendable,… muy recomendable,… extremadamente recomendable, que tuvierais una batidora de varillas para hacer la buttercream. Yo lo he hecho con la batidora de cuchillas de toda la vida (es la única que tengo) y he sudado de lo lindo para conseguir la consistencia adecuada… no me han quedado ganas de repetirlo, si en un futuro cuelgo otra receta con buttercream sabréis que me he comprado una batidora de varillas

No me enrollo más, ahí queda la receta:

Ingredientes (para 12 cupcakes):

Para los cupcakes:

25 g de maicena

185 g de harina

150 g de azúcar

35 g de cacao

1 cucharadita de bicarbonato sódico

1/2 cucharadita de sal

315 ml de agua

77 ml de aceite vegetal

15 ml de vinagre

1 vaina de vainilla ( o 1 cucharadita de esencia)

Para la buttercream:

200 g de mantequilla (a temperatura ambiente)

350 g de azúcar glas

10 cucharadas de mermelada de frambuesa (se puede echar más o menos, al gusto de cada uno)

1 cucharada de leche

1 vaina de vainilla ( o 1 cucharadita de esencia)

Método:

Preparación de los cupcakes:

1. Poner en un bol todos los ingredientes secos (maicena, harina, azúcar, cacao, bicarbonato y sal) y mezclarlos

2. En otro bol mezclar todos los ingredientes líquidos: agua, aceite, vinagre y la esencia de vainilla (o las semillas si usamos una vaina)

3. Ir añadiendo la primera mezcla sobre la segunda y mezclando. No os preocupéis porque el resultado final os parezca demasiado líquido, tiene que serlo.

4. Finalmente, rellenar los moldes con la mezcla hasta aproximadamente 2/3 de su capacidad.

5. Hornear a 180ºC durante 20-25 min.

Preparación de la buttercream:

1. Batir juntos la mantequilla y el azúcar. Como os dije antes, aquí las varillas son casi imprescindibles.

2. Añadir la mermelada de frambuesa. Se puede aumentar la cantidad pero siempre teniendo en cuenta que la buttercream no se quede demasiado líquida.

3. Añadir la leche y la esencia de vainilla (o las semillas si usamos una vaina). Si en este punto vemos que la buttercream está muy espesa podemos añadir una cucharada más de leche para ajustar su consistencia.

4. Batir hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados.

Un problema bastante común a la hora de hacer la buttercream es que se os quede con un aspecto como de «cortada», grumosa. No está todo perdido, sólo hay que seguir batiendo y al cabo de un rato vuelve a coger su textura correcta. 🙂

Una vez los cupcakes se hayan enfriado, decorarlos con la buttercream y las frambuesas enteras.

No os voy a decir que son muy fáciles de hacer, porque todo depende de las herramientas que tengáis (batidora)… lo que sí os puedo decir es que, sinceramente, «están mu buenos» 🙂

Ronda y los pueblos blancos de Cadiz

Siguiendo con el post que subí en diciembre sobre «Cai», he de deciros que ese fin de semana no sólo visitamos la capital sino que también nos dimos un paseíto por los pueblos del interior de Cádiz y, ya puestos, cruzamos a la provincia vecina, Málaga, y nos plantamos en un lugar con una de las orografías más impresionantes 😮 que he visto en mi vida: Ronda.

Primero os voy a enseñar el cortijo en el que nos quedamos durante esos días: Los Alguaciles Bajos, está en el medio de ninguna parte 🙂 entre Cabezas de San Juán y Utrera… creo que es la localización más concreta que puedo dar sin entrar en puntos kilométricos. La verdad es que el tema de los cortijos es curioso, y más si llegas de noche. Están situados en el medio del campo y normalmente se accede por carreteras secundarias, muy secundarias… de repente no hay más iluminación que la de los faros del coche y a ambos lados, a la luz de la luna (si esa noche toca) sólo vislumbras explanadas de campo hasta donde la vista alcanza y, de vez en cuando, una lucecita en el medio … y después de 1 o 2 km otra… he ahí los cortijos. Afortunadamente el nuestro estaba al borde de la carretera y no tuvimos que dar demasiadas vueltas. Digo que me resulta curioso porque en Galicia es impensable una dispersión tan grande de la población, para que os hagáis una idea, Andalucía triplica en extensión a Galicia y, sin embargo, Galicia tiene casi el doble de pueblos que Andalucía, vaya, que siempre tienes cerca a los vecinos 🙂

Si llegas por la noche y el cortijo no tiene incluida la cena (como nos ocurrió a nosotros) y el pueblo queda lejos (como pasa en muchos cortijos) te tocará ir a la venta más cercana. Para los que no son del sur aclararé que en las ventas no se vende nada… vaya, sí se vende: comida,… vamos, que son «restaurantes» pero en plan muy «enxebre» como diríamos nosotros. Tan, tan enxebre que algunos por no tener no tienen ni suelo :), aunque eso no tiene nada que ver con la calidad de la comida, de hecho, uno de las ventas donde mejor he comido tenía un hermoso solado de albero (para los del norte, el albero es la arena que veis en las plazas de toros y que aquí está presente por todos lados: jardines, terrazas, parques,… ventas 🙂 )

Ya por la mañana nos fuimos a visitar los pueblos del interior de Cádiz, los llamados «pueblos blancos». El paisaje me sorprendió gratamente…montañoso y con bastante vegetación, nada tiene que ver con la típica/tópica imagen del sur. Pero, como suelen decir, una imagen vale más que mil palabras, así que ahí os dejo algunas:

Impresionante, ¿verdad?… Sólo teníamos un día así que visitamos Zahara de la Sierra, callejeamos y subimos al castillo para disfrutar de sus estupendas vistas (bonita subida pero cansa, os lo advierto 🙂 )

Después de eso nos dirigimos hacia Grazalema (otro de los pueblos blancos) pero una vez allí ni siquiera bajamos del coche… estaba hasta la bandera de gente y como el pueblo es pequeño no había ni sitio para aparcar… estos turistas de fin de semana… 😀

Resumiendo, que al final decidimos seguir hasta Ronda… ¡genial idea!… ahí quedan las imágenes para que juzguéis por vosotros mismos, pero tened en cuenta que no soy tan buena fotógrafa, en realidad es mucho más impresionante de lo que aparece en ellas…

¿Os parece escarpado? pues en directo te deja con la boca abierta 🙂 Con todo y con eso, hay quienes se atreven a darse un «paseíto vertical» … ¿los véis?… 🙂

Espero haberos despertado las ganas de venir a conocer esta zona, la verdad es que merece mucho la pena 🙂

Google reader, mi descubrimiento de la semana :)

Supongo que muchos de vosotros ya conoceréis esta herramienta de Google, la verdad es que tiene unos cuantos años 🙂  pero yo la acabo de descubrir y estoy encantadísima con ella, así que he decidido colgar este post para los que, como yo, no están tan al tanto de este tipo de utilidades.

En primer lugar he de reconocer que mi novio ya me había hablado de Google reader hace algún tiempo, pero digamos que puse el «modo off» :), como hago algunas veces cuando empieza a hablar de «cosas tecnológicas» en general (la aclaración es necesaria para que sus compañeros de trabajo -informáticos- no lo vacilen por no mantenerme informada :))

No sé si a vosotros os pasa, pero yo siempre he tenido un problema con internet: como gestionar los favoritos… Lo de guardarlos es fácil; ves una página que te interesa y la archivas en tus favoritos, le pones etiquetas, categorías,… incluso hay programas, como Delicious, que te permiten acceder a esos favoritos desde cualquier ordenador… pero, seamos sinceros, ¿cuántas de las páginas que tenéis guardadas en favoritos consultáis habitualmente?, seguro que si os ponéis a revisarlas hay muchas que ni siquiera recordáis que estaban ahí. No es que no sean enlaces útiles el problema es que nos olvidamos de ellos porque no los vemos; tenemos que ir a buscarlos a favoritos, acordarnos de qué etiqueta les pusimos (hay que reconocer que no siempre somos lógicos poniéndo etiquetas :)) y clicar sobre ellos, con lo que se abrirá una pestaña nueva por cada enlace y al final acabaremos con 5 o 6 pestañas abiertas (en el mejor de los casos)

RSS

RSS

¿Qué ventaja tiene Google reader? supongo que los expertos en el tema os podrán relatar listas interminables de ventajas e inconvenientes, pero como yo no lo soy, simplemente os voy a decir la principal ventaja que le veo al invento: la comodidad de tener en una única página las novedades de todas las páginas web, blogs… que te interesen. El procedimiento es sencillo: te suscribes por RSS a las páginas web y ya las tienes en tu Google reader, una vez allí las puedes organizar en carpetas (p. ej. repostería, fotografía,…). Cada vez que se publique algo en alguna de las páginas web a las que estás suscrito, esa publicación aparece también en tu Google reader y la puedes leer en él sin necesidad de ir a la página.

Es como un periódico personalizado, tú eliges qué es lo que interesa: deportes, noticias, cine,… y desde un mismo sitio puedes ver todas las novedades.

¿Útil, verdad?, pues si tenéis un iPad lo va a ser todavía más… sólo hay que instalar una aplicación llamada Flipboard y podréis ver vuestro Google reader desde el iPad pero en un formato muy cómodo, pasando las páginas como si fuera una revista o un periódico…

No, no me han contratado los de Google como comercial :D, aunque releyendo lo que he escrito, creo que deberían de hacerlo :). Simplemente me ha gustado mucho esta herramienta y quería compartirlo con vosotros. Ya me contaréis si decidís usarla…

Nota. Hasta ahora no le había encontrado la utilidad al simbolito ese del RSS (tampoco es que me hubiera preocupado de buscársela :)). Pero visto lo visto, yo también lo he incluido en este blog, así que si os animáis a usar Google reader, os podéis suscribir por RSS a mi blog 😉