Tarta de galletas y chocolate

¡¡FELICES FIESTAS A TODOS!!, ya sé que es una frase muy socorrida en estas fechas que nos encontramos y que seguramente a muchos de vosotros ya os lo he dicho en persona pero, es lo que toca, y no me quería quedar sin ponerlo también en el blog 🙂

Antes de venirnos para Galicia a pasar estos días se me ocurrió hacer una tartita de las de toda la vida, de esas que llaman tartas de la abuela y que parece que todo el mundo tiene que saber hacer «a narices» porque … «no vas a saber, mujer, si seguro que tu abuela la hacía…»: la tarta de galletas y chocolate. Pues he aquí que yo me confieso y reconozco mi «pecado»:  Me llamo Lucía y hasta hace 3 días no sabía hacer una tarta de galletas y chocolate :o… Pero, no hay que alarmarse, Don Google que todo lo sabe me ha sacado de mi ignorancia y a base de rebuscar he encontrado un par de recetillas que, adecuadamente «combinadas» han resultado en una tarta bastante interesante, al menos en opinión de mis particulares «conejillos de indias», los compis de trabajo de David 🙂

Así que, sin más, aquí os dejo la receta de mi tarta de galletas y chocolate.

Ingredientes:

Para una tarta de unos 30×20 cm . Ese es el tamaño que me salió a mí, evidentemente todo depende de si la queréis con más  con menos capas, en cualquier caso, con estas cantidades y esa superficie, os saldrá una tarta con 5 capas de galletas.

3 paquetes de galletas cuadradas, de las María de toda la vida, aproximadamente unas 100 galletas

El zumo de 2 o 3 naranjas mezclado con una copita de licor. Esta mezcla se usa para bañar las galletas así que la cantidad y el tipo de licor va a gusto del consumidor, también se puede hacer sólo con el zumo de las naranjas.

Para la crema pastelera:

1/2 l de leche entera

4 yemas

120 g de azúcar

50 g de maicena

1 vaina de vainilla

La cáscara de medio limón

Para la crema de chocolate:

225 g de chocolate negro

4 huevos

100 g de azúcar

Para la cobertura de chocolate:

100 g de chocolate fondant

50 g de nata

25 g de mantequilla

Método:

Preparación de la crema pastelera:

1. Poner en un bol las yemas, batirlas e ir añadiendo el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa.

2. Reservar medio vaso de leche para disolver la maicena y poner el resto al fuego junto con las semillas de la vainilla, la vaina y la cáscara del limón. Dejarlo a fuego medio hasta que casi hierva y mantener así durante 10 minutos, sin que llegue a hervir.

3. Disolver la maicena en la leche que reservamos, retirar la vaina y la cáscara de limón de la leche que tenemos al fuego y añadirle el medio vaso de leche con la maicena.

4. Remover la mezcla hasta que vuelva a estar casi hirviendo y en ese momento añadir las yemas batidas con el azúcar. Mantener a fuego lento sin dejar de remover hasta que la crema se vuelva espesa.

Preparación de la crema de chocolate:

1. Separar las claras y montarlas a punto de nieve.

2. En un bol aparte batir las yemas y añadir el azúcar hasta conseguir una mezcla cremosa.

3. Fundir el chocolate y dejarlo enfriar. Cuando esté tibio, añadirle las claras montadas, mezclando con movimientos suaves para evitar que bajen.

4. Finalmente, añadimos la mezcla anterior a las yemas con azúcar y dejamos enfriar.

Preparación de la cobertura de chocolate:

1. Fundir el chocolate con la nata y la mantequilla y dejar que temple.

Montaje de la tarta:

Para montar la tarta podemos usar el típico recipiente de cristal rectangular. Si hemos dejado enfriar lo suficiente tanto la crema de chocolate como la pastelera podremos montar la tarta sobre una bandeja lisa sin riesgo de que las capas se desmoronen, es más fácil de cortar y la presentación es mejor.

1. Ir mojando las galletas en el líquido que hayamos elegido: zumo de naranja, licor, una mezcla de ambos,…

2. Colocar una capa de galletas.

3. Cubrir con una capa de crema de chocolate (bastante gruesa, ya que al enfriar se contrae y queda más fina)

4. Otra capa de galletas.

5. Cubrir con una capa de crema pastelera.

6. Repetimos hasta que se nos acaben los ingredientes 🙂

7. Acabar siempre con una capa de galletas.

8. Finalmente añadimos por encima la cobertura de chocolate y dejamos enfriar.

…y listo, tartita hecha 🙂 Animaros a intentarlo, es fácil y está muy rica, lo único que puede dar un poco más de trabajo es la crema pastelera pero en 15 minutos más o menos la tenéis preparada.

Cái

Así, como se lee, sin d y sin z, porque, digo yo, si no la pronuncian para qué las voy a escribir, inútil gasto de teclas me parece :). Para los que todavía no hayan caído, éste es el nombre «de andar por casa» de una de las ciudades más bonitas que he tenido el gusto de visitar por estas latitudes: Cádiz.

Cádiz es prácticamente una isla (bueno, más concretamente es un tómbolo -ahí os dejo la definición de la Wiki:)-) unida a tierra por un puente y una lengua de mar muy estrecha.

Lo primero que ves antes de atravesar el puente son los astilleros de Navantia y ahí es donde, si eres de Ferrol, empiezas a sentirte como en casa, porque aquí, como allí, también son «rudos hombres hacedores de barcos» como dice mi novio :). Aquí se hacen menos, por lo que tengo oído, pero en su defensa diré que a ver quién es el guapo que se acerca a 5 metros de una plancha de hierro en uno de estos días de 40º tan frecuentes por estas regiones 🙂

Una vez pasado el puente se extiende la ciudad que ocupa toda la «isla», de la que nosotros sólo visitamos la zona antigua. Aunque, bien mirado, es lo que la diferencia de otras ciudades porque, si de algo te das cuenta después de viajar un poco, es que las zonas nuevas de las ciudades (pequñas-medianas) son prácticamente iguales, aquí y en cualquier lugar de España y si me apuras hasta de Europa. La globalización las ha uniformizado, edificios un poco más altos o un poco más bajos, pero estructuras muy similares en cualquier caso: los mismos «Burrikins», los mismos «Berskas», los mismos «Mcdonald´s» 🙂Lo especial radica en los cascos antiguos y ahí es donde Cádiz se luce: entramados de callejuelas, iglesias, plazoletas, mercados,… «Como en cualquier caso antiguo»-me diréis- Sí ,tal vez, pero con un aire diferente: el que le dan las paredes encaladas, las imágenes de los Cristos con ofrendas de flores, …y esa luz que entra a raudales incluso en las calles más estrechas, incluso en pleno mes de diciembre.

El malecón es otro distintivo de la ciudad, mucha gente lo compara con el de La Habana, cómo decía Carlos Cano: «La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero». Físicamente si se parecen: la estructura, la forma, y esos atardeceres sobre el mar… sin embargo la intención, el uso, el espíritu es muy diferente. La necesidad cambia completamente lugares aparentemente muy parecidos y éste es uno de esos casos. El malecón de la Habana es «el lugar» de encuentro de los habaneros, donde se come, donde se bebe, donde los chavales se bañan (a pesar del peligro que supone), donde se hacen tratos (materiales y carnales)… en definitiva, es el lugar dónde mucha gente pasa buena parte de sus días.

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El malecón de Cádiz tiene un carácter diferente, más de ciudad occidental, más de lugar de paseo, de ir a la discoteca, de tomarse unas copas… resumiendo, más de disfrutar, menos, afortunadamente, de tener que buscarse la vida.

Aquí os dejo algunas fotillos que saqué por allí, espero que os gusten y que os animen a hacerle una visita a la ciudad. 😉

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Brooooownies… con nueces

Mi última aventura repostera son estos brownies con nueces que os presento 🙂

Los hice ayer por la tarde y hoy por la mañana se los llevó David al trabajo… por lo que me han contado la acogida fue buena 🙂 y ya me están reclamando la receta, así que ahí os la dejo. Para los que ya los habéis probado: gracias por vuestros comentarios 😀 y para  los que todavía no: intentadlo, la receta es fácil y agradecida 😉

Ingredientes:

375 g  mantequilla sin sal

375 g  chocolate negro (porcentaje de cacao por encima del 50%)

6 huevos

1  cucharada de extracto de vainilla (o 1 vaina)

500 g  azúcar

225 g  harina

1 cucharadita de sal

250 g  nueces

Método:

1. Precalentar el horno a 180ºC.

2. Forrar el recipiente en el que vamos a hornear los brownies con papel de hornear o papel de aluminio. Debe ser un recipiente rectangular de unos 33 x 23 x 5 cm.

3. Derretir la mantequilla y el chocolate juntos. Se puede hacer al microondas o al baño maría, en cualquier caso, que no llegue a hervir en ningún momento.

4. En otro recipiente batir los huevos con el azúcar y la vainilla.

5. Cuando la mezcla de chocolate y mantequilla esté templada, añadirle los huevos con el azúcar y la vainilla y la harina con la sal poco a poco.

6. Finalmente mezclar con las nueces troceadas y verter en el recipiente

7. Hornear durante unos 30 minutos.

Importante. Cuando el brownie está hecho se ve seco por encima pero el interior todavía está denso y húmedo («gooey» como dicen los ingleses :), creo que nosotros no tenemos una palabra que lo defina mejor) Os lo digo porque esto no es un bizcocho, no se puede comprobar el grado de cocción introduciendo un cuchillo, porque el cuchillo nunca va a salir seco aunque el brownie ya esté hecho.

8. Sacar del horno, dejar enfriar y espolvorear con azúcar glas. Cortarlo es un poco complicado porque en ciertas zonas (sobre todo en el centro) se queda pegado al cuchillo, pero merece la pena, el sabor es muy bueno 🙂

Sugerencia: cortar en trocitos pequeños, es una bomba… 🙂