En mi barrio hay un gato… bueno, en mi barrio hay muchos gatos supongo, pero ninguno como el gato del zapatero.
El gato del zapatero vive en un piso bajo y se pasa las mañanas acodado en la verja de la ventana viendo pasar la vida… El gato del zapatero no es un gato miedoso, no se escapa cuando pasa alguien, ni cuando los niños juegan con la pelota, no se asusta de los gritos de las vecinas ni de los ruidosos perros que no saben estarse callados…
El gato del zapatero lo observa todo con esa expresión de autosuficiencia que tienen todos los felinos, con esa cara de estar de vuelta de todo, de saberlo todo.
El gato del zapatero atiende cuando lo llamas, se despereza, baja de su ventana a la calle y se acerca,…pudiera parecer que eso no es cosa de gatos, que al acudir a una llamada traiciona su esencia independiente, pudiera ser… pero simplemente hace lo que quiere, no necesita respetar estereotipos.
El gato del zapatero se acerca maullando, permite que le acaricies 1, 2, hasta 3 veces…y luego se da la vuelta, no lo llames porque no volverá, ya te ha regalado 30 segundos de caricias, esa es tu ración, dar más sería un desperdicio de su tiempo…se acerca a la pared y salta el metro y medio que le separa de la ventana, con la facilidad de quien sube un escalón, se acoda de nuevo y sigue con su vida…
Os lo presento: